
Algunos de Uds. se preguntaron alguna vez qué significa la palabra crisis? Porque una situación límite de nuestra vida provoca una crisis. Una enfermedad, por ejemplo, provoca una crisis en la vida de una persona y de su familia.
Muchas personas cuando leen o escuchan la palabra crisis suelen asociarla con una calamidad, el caos, el desastre, un problema, desgracias, desempleo o la ruina. Es una palabra que, sin duda, produce muchos dolores de cabeza para quien no tiene la información y la visión adecuadas ante una situación aparentemente difícil. Es natural que una persona que no esté preparada para ese cambio pueda ver todo a su alrededor como una adversidad.
La crisis es una situación que nos avisa que ha llegado el momento de hacer un cambio urgente en algo, es la hora de tomar una decisión, pero depende mucho de la actitud de la persona ante una circunstancia en particular.
Seguramente, ustedes escuchan y leen la palabra crisis varias veces al día, crisis económica, crisis personal, crisis mundial, crisis política, crisis social, crisis familiar, crisis, crisis y más crisis, pero sin conocer su significado real.
La palabra crisis proviene del verbo griego krinein que significa “separar” y “decidir”. Estar en crisis no es necesariamente una mala noticia. Una crisis puede ser el anuncio de cambios favorables y del fin de problemas y dificultades. Es un cambio brusco, para bien o para mal, en el curso de una enfermedad o de procesos físicos, históricos, culturales, espirituales, etc. Crisis se aplica también a los momentos decisivos de situaciones graves o de repercusiones importantes.
También los chinos tienen su propia definición al respecto y para ellos la palabra crisis tiene dos significados: peligro y oportunidad. Por esta razón, podemos decir que la crisis es un suceso que irrumpe, es un momento de cambio o ruptura. Emocionalmente no estamos preparados para asimilar esta acción que se interpone en nuestra vida y en nuestros proyectos. Nos encontramos frente a dos situaciones: el peligro de lo nuevo y la oportunidad del cambio.
Les pregunto: quienes de Uds están preparados para el cambio?
Nada catastrófico como se ve. Se trata, entonces, de discriminar las prioridades en la propia vida, de arrojar lastre, de tomar decisiones y hacer relaciones conscientes, ligadas a un proyecto existencial.
Esto nos da la valiosa oportunidad de afinar nuestras elecciones, de desprendernos de todo aquello (actitudes, relaciones, creencias, ilusiones, bienes de dudosa utilidad, etc.) que no resulten funcionales a nuestro viaje. Esto siempre y cuando sea un viaje hacia el crecimiento, la madurez, hacia el encuentro de nuestro ser esencial.